¿Pueden los animales reconocerse frente a un espejo?

Seguramente en más de una ocasión has pillado a tu perro o a tu gato en frente al espejo y te has preguntado: ¿será capaz de reconocerse? Hasta el momento y con ciertos matices, podemos afirmar que casi una decena de especies animales han logrado superar satisfactoriamente la denominada prueba del espejo, desarrollada por el psicólogo Gordon G. Gallup en 1970, a partir de las observaciones de Charles Darwin. En una visita al zoo, Darwin sostuvo un espejo frente a un orangután que se encontraba enjaulado y registró la reacción del animal, que respondió con una serie de expresiones faciales. Darwin calificó dicha reacción como ambigua, y no sabía si el animal estaba pensando que se encontraba frente a otro de su especie o simplemente había encontrado un nuevo divertimento.

La prueba del espejo de Gallup, que mide si un animal es capaz de identificar su propio reflejo como una imagen de sí mismo, consiste en marcar subrepticiamente al animal con dos puntos de tinte inodoro. Un punto (de prueba) está en una parte del cuerpo del animal visible frente de un espejo, mientras que el otro punto (de control) se encuentra oculto. Los científicos observan cómo el animal reacciona descubriendo la localización exacta del punto de prueba en su propio cuerpo e ignorando el punto de control. El animal supera la prueba si mueve su cuerpo para poder ver mejor la marca reflejada en el espejo, o si hurga en la marca de su cuerpo con una rama mientras se mira en el espejo.

En un primer momento, incluso los animales que son capaces de pasar la prueba del espejo responden cómo el orangután descrito por Darwin. Entre los animales que han pasado la prueba del espejo se encuentran: todos los homínidos (orangutanes, gorilas, chimpancés, bonobos y, obviamente, humanos), delfines mulares, orcas, elefantes y urracas, mientras que los perros y gatos tienden a fracasar inicialmente la prueba del espejo. Los niños pequeños y las personas ciegas de nacimiento que han recuperado su visión también fracasan inicialmente en la prueba y reaccionan como si su reflejo en el espejo fuese otra persona. A partir de los 18 meses, o lo que los psicoanalistas denominan el "estadio del espejo", la mayoría de los bebés logran superar la prueba.